Cuando uno se acerca al edifico del Hotel Rhin Garden, el diseño destaca tanto por la sencillez como por la calidad de los materiales cuyo proyecto de arquitectura corresponde al cántabro Javier de Diego que de la mano de Sandra Tarruella Interiorismo y de David de Añibarro, responsable del diseño paisajístico del jardín y piscina. El proyecto, ya una realidad, surge de la conversión y modificación de dos antiguos hostales, convirtiéndose hoy en día en este moderno hotel en el que predomina el bienestar y el relax en sus 26 habitaciones.
Un amplio vestíbulo en el que destaca, en un primer lugar, un cuadro de Carla Tarruella, en verde ciervo da la bienvenida al viajero, en un espacio pensado como la entrada de una casa, buscando el confort y el bienestar, con decoración inspirada en los 50, en tonos tostados.
En el diseño del interior predominan los tonos neutros complementados con vigas de madera a la vista y mobiliario en nogal, con una selección muy cuidada de tapizados atemporales yespejos estratégicamente colocados, subrayando la importancia de las vistas hacia el exterior y creando un ambiente cálido de hogar, algo muy importante en este concepto de hotel.
A la hora de disfrutar del Bar-Restaurante, destaca una barra de bar con estanterías accesibles diseñada para usarse en diferentes momentos del día que permite colocar el buffet para desayunos y por la tarde disfrutar de un cóctel.
Y todo ello con una estrategia visual dirigida al punto más llamativo: El jardín, con un suelo de losas de hormigón junto con la abundante vegetación autóctona, amueblado con mobiliario especializado en exteriores que combina diferentes tonalidades y materiales, creando un ambiente armonioso y donde se descubre una piscina que resplandece como una aguamarina entre la vegetación.
Ya en el interior las habitaciones muestran calidez tanto por el cuidado mobiliario como por la decoración que conectan de una manera natural y visual tanto con el entorno exterior.
Cabe destacar la importancia de la tecnología en todo el complejo y sobre manera en las habitaciones. La domótica, a través de una pequeña pantalla en la habitación, se impone tanto a la hora de elegir la temperatura de la habitación como en elegir la iluminación personalizada, tanto en la habitación como en los baños, o avisar que la habitación está libre para la limpieza o el «no molesten» (se han eliminado los ya conocidos indicativos para colgar en las puertas).
Ubicado en El Sardinero nos llena de orgullo poder ofrecer una experiencia inolvidable en la capital de Cantabria atendiendo a los clientes como se merecen e intentando superar cualquiera de sus expectativas.
Para los clientes que se trasladen en vehículo particular el hotel cuenta con varias plazas de parking situadas a 300 mts del hotel, estando sujetas a disponibilidad, para facilitar al cliente la mayor comodidad en un área tan concurrido junto a las playas del Sardinero, situadas también a 300 mts del hotel.
Desde el primer momento, todo el equipo que forma parte de este hotel se pone a disposición de los clientes intentando, en todo momento, que la atención sea personalizada.
Las primeras impresiones de nuestros clientes nos llenan de orgullo ya que muestran el resultado del trabajo y atención personalizada mostrada en cada momento. Los amables comentarios y los deseos de regresar son las mejores muestras del trabajo bien hecho y en alguno de los casos se ha materializado en una nueva reserva para repetir en las próximas semanas.
¡Gracias por la confianza depositada en el Hotel Rhin Garden!
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